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Clase 19
Primera Guerra Mundial.
La Primera Guerra Mundial es el primer conflicto
internacional del siglo XX. El asesinato del archiduque Francisco Fernando,
heredero de la corona austro-húngara, y de su esposa, la archiduquesa Sofía, en
Sarajevo el 28 de junio de 1914, dio inicio a los problemas, que iniciaron en
agosto de 1914, y continuaron durante cuatro años.
Durante la Primera Guerra Mundial, las Potencias de la
Entente: Gran Bretaña, Francia, Serbia y la Rusia Imperial (a las que más tarde
se unieron Italia, Grecia, Portugal, Rumania y Estados Unidos) lucharon contra
las Potencias Centrales: Alemania y Austria-Hungría (a las que más tarde se
incorporaron la Turquía Otomana y Bulgaria).
El sistema de trincheras y fortificaciones en el oeste se
extendió aproximadamente desde el Mar del Norte hasta la frontera suiza, y
definieron la guerra para la mayoría de los combatientes norteamericanos y de
Europa Occidental. También hubo intensos combates en el norte de Italia, en los
Balcanes y en la Turquía otomana. Los combates tuvieron lugar en el mar y, por
primera vez, en el aire.
En abril de 1917, se produjo un cambio decisivo en las
hostilidades cuando la política de guerra submarina irrestricta de Alemania
sacó a Estados Unidos del aislacionismo y lo llevó al centro del conflicto.
Apenas conseguida, esta ventaja para las fuerzas de la
Entente fue compensada por los sucesos que tuvieron lugar en el teatro de
operaciones oriental de la guerra.
Desde comienzos de 1917, Rusia, una de las potencias
principales de la Entente, había sufrido una gran agitación. En febrero de ese
año, el mal manejo de la guerra por parte del gobierno zarista había
contribuido a inspirar un levantamiento popular: la Revolución de Febrero, forzó
la abdicación del zar Nicolás II y puso en el poder un Gobierno Provisional de
facciones liberales y socialistas, que a fin de cuentas estaba bajo el mando
del miembro del partido Socialista Revolucionario, Alexander Kerensky.
El 24 y 25 de octubre de 1917, las fuerzas bolcheviques
(izquierda socialista) al mando de Vladimir Lenin tomaron los principales
edificios del Gobierno y asaltaron el Palacio de Invierno y luego la sede del
nuevo Gobierno en la capital de Rusia, Petrogrado (actual San Petersburgo). La
"Gran Revolución Socialista de Octubre", el primer golpe marxista
exitoso de la historia, desalojó al ineficaz Gobierno Provisional y finalmente
estableció una República Socialista Soviética bajo la dirección de Lenin.
Pero el efecto inmediato de la Revolución Rusa en el
escenario europeo fue una brutal y prolongada guerra civil en tierras rusas
(1917-1922) y la decisión de los líderes bolcheviques de hacer las paces por
separado con la Alemania del Kaiser. Cuando las negociaciones fracasaron
totalmente debido a las exigencias alemanas, el ejército alemán lanzó una
ofensiva general en el frente oriental, que produjo el Tratado de Paz de
Brest-Litovsk el 6 de marzo de 1918.
Las Potencias Centrales comenzaron a rendirse, comenzando
con Bulgaria y el Imperio Otomano, en septiembre y octubre, respectivamente. El
3 de noviembre, las fuerzas austrohúngaras firmaron una tregua cerca de Padua,
Italia.
En Alemania, el amotinamiento de marinos de la armada en
Kiel desencadenó una amplia revuelta en las ciudades costeras alemanas, y en
las principales áreas municipales de Hannover, Frankfurt del Meno y Múnich. El
sólido Partido Socialdemócrata de Alemania (SPD), bajo la dirigencia de
Friedrich Ebert, veía a los consejos recientemente establecidos como un
elemento desestabilizador, y abogaba, en su lugar, por las demandas de la
opinión pública alemana de una reforma parlamentaria y paz.
El 9 de noviembre de 1918, en medio del descontento
generalizado y tras haber sido abandonado por los comandantes del ejército
alemán, el emperador (káiser) Guillermo II abdicó el trono alemán. Ese mismo
día, el delegado del SPD Philipp Scheidemann proclamó la República de Alemania,
con un gobierno provisional dirigido por Friedrich Ebert.
A las 11 de la mañana del 11 de noviembre (11/11) de 1918
cesaron los combates en el frente occidental. La "Gran Guerra", como
la llamaron sus contemporáneos, había llegado a su fin.
La Primera Guerra Mundial representó una de las guerras más
destructivas de la historia moderna. Como consecuencia de las hostilidades
murieron casi diez millones de soldados, cifra que supera ampliamente la suma
de las muertes de militares de todas las guerras de los cien años anteriores.
Si bien es difícil determinar con precisión las estadísticas de las bajas, se
calcula que 21 millones de hombres fueron heridos en combate.
El 1 de julio de 1916, la fecha en que se produjo la mayor
pérdida de vidas en un solo día, en Somme sólo el ejército británico sufrió más
de 57.000 bajas. Alemania y Rusia registraron la mayor cantidad de muertes de
militares: aproximadamente 1.773.700 y 1.700.000, respectivamente. Francia
perdió el 16% de sus fuerzas movilizadas, la tasa de mortalidad más alta en
relación con las tropas desplegadas.
Ningún organismo oficial llevó una cuenta minuciosa de las
pérdidas de civiles durante los años de la guerra, pero los estudiosos afirman
que 13 millones de no combatientes murieron como consecuencia directa o
indirecta de las hostilidades.
Las pérdidas industriales y de propiedades fueron
catastróficas, especialmente en Francia y Bélgica, donde los enfrentamientos fueron
más intensos.
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